Delicados y encantadores, estos pendientes artesanales están elaborados en madera con forma de flor y pintados a mano con esmero. Su diseño representa una dalia blanca, símbolo de pureza y elegancia, con detalles en tonos suaves y un centro amarillo que aporta calidez y frescura.
Cada pieza está cuidadosamente cubierta con resina, lo que les da un acabado brillante y duradero, protegiendo la pintura y realzando los colores.
Perfectos para quienes aman los accesorios únicos.